Las obligaciones del asegurado, en caso de ocurrir un siniestro, son las siguientes:
Reducir las consecuencias. Una vez ocurrido el siniestro, el asegurado debe procurar reducir sus consecuencias, adoptando las medidas de salvamento que considere más adecuadas.
Notificar el siniestro. Comunicar el siniestro al asegurador dentro del plazo establecido.
Mantener siempre informada a la compañía de seguros. Durante la tramitación, el asegurado debe ir aportando toda la nueva documentación que surja (facturas, informes médicos, etc.)
Informar a la aseguradora de las recuperaciones. Si una vez ocurrido el siniestro el asegurado obtuviera alguna cantidad monetaria por parte del responsable del daño o recuperase algún bien, deberá comunicarlo al asegurador.
Ejemplo: si el causante del incendio en una vivienda asegurada ha resultado ser el vecino y éste se responsabiliza del siniestro y paga el valor de la vivienda, el asegurado tiene la obligación de comunicar esta situación a la aseguradora.
Comunicar a los perjudicados la existencia del seguro. El cumplimiento de este deber beneficia al tercero perjudicado, a quien el asegurado debe informar de la existencia de un seguro que garantiza los daños.
